Introducción

Blog nada literario, ni matemático, dedicado a expresar las ideas que vuelan por mi cabeza cada día.

lunes, 22 de agosto de 2011

OK

Llevo varios días pensando en que me encuentro en el mejor momento de mi vida, repasando las facetas sentimentales, físicas y mentales. No quiero parecer prepotente o desafiante (nada más lejos de mi personalidad) pero si es grato observar desde dentro lo relajado y feliz que estoy, por ello se me ha ocurrido comentarlo con el mundo.

Sentimentalmente no puedo pedir más a la vida, con mi mujer después de 15 años pues estoy encantado, la sintonía es muy buena y hemos aprendido a querernos y respetarnos de forma casi perfecta. Además, el complemento de mis hijos es la guinda del pastel familiar, me llenan por completo, disfruto mucho de su compañía, son muy buenos y no me canso de estar con ellos, dan cantidad de energía positiva a cambio de muy poco, sobre todo cuando se ríen o te dan un beso para decirte que te quieren, no tiene precio.

Físicamente también me encuentro genial, son ya 35 años y firmaría evidentemente estar así el resto de mis días, pero supongo que la madurez física debe estar por esta edad más o menos viendo a los deportistas de élite cuando se retiran y demás. No es porque esté corriendo o algo así, sino porque cuando eres más joven pues puedes hacer cosas más brutas, ahora sin embargo lo que siento es que conozco mi cuerpo y sé como llevarlo al límite, entiendo su recuperación,…

Mentalmente vivo muy relajado, siempre he dicho aquello del karma relajado, desde que conseguí sacarme las oposiciones y luego casarme, he vivido con el karma relajado, pero este verano, sin agobios por el trabajo, la relajación es suprema. Con la edad cada vez tengo mejor talante para todo, ya antes siempre me daba todo un poco igual, ir a un bar o tomarme un café, ir a la playa o de viaje a Granada, café o te, blanco o negro,…asumo todo con total naturalidad, buscando siempre el lado positivo de las cosas, pero ahora mismo ya elevo esta forma de ser al más alto exponente. Intento no sufrir por nada, o por casi nada que es una cosa que creo que se puede hacer y no cierro puertas a nada, asumiendo el día a día con total calma y tranquilidad, de momento no me a nada mal.

Una reflexión final, ojalá dentro de otros 35 años me encuentre la mitad de bien que ahora. Peace brother.

jueves, 4 de agosto de 2011

RUNNERS

Es muy obvio decir lo de, “yo no corro, correr es de cobardes”, aunque ya los verías correr si los atacase una dinosaurio de 200 toneladas. El caso es que el tema de correr, entre la mayoría de las personas, tiende a convertirse en un tema del tipo “menudo colgao, ponerse a correr ahora”, claro, es evidente que más agustico se está en el sofá sin hacer nada o en la playita.

El caso es que es bueno hacer un poco de ejercicio físico al menos de vez en cuando, tampoco voy a venir ahora con el rollo de que es fundamental para nuestra salud, bla, bla, bla,…ya lo hemos oído 1000 veces en la tele o en la radio, no voy a convencer con estas líneas ahora a nadie para que haga deporte. Pero más allá de ir a correr o hacer cualquier deporte, sí estoy convencido después de practicar varios a lo largo de estos años, que el efecto psicológico es muy bueno. Personalmente, si practico deporte me encuentro mejor, más animado, con mejor carácter,…como más saludable vamos. En cambio, el día que no puedo hacer deporte, estoy más arisco, nervioso,…no puedo explicarlo con palabras pero es así.

Durante el último año me ha dado por salir a correr, una horita o menos al día, entre 7 u 8 kilómetros a un ritmo muy tranquilo, unos cuantos días en semana, en función de las circunstancias, al igual que el horario, he salido a correr desde las 7 de la mañana a las 10 de la noche. El motivo de elegir las zapatillas para salir a trotar puede ser que he corrido desde siempre, ya desde pequeño iba por el paseo marítimo de Aguadulce con mi padre y siempre me gustó ir. Hoy día supongo que el mayor motivo es que es un deporte muy rápido y para personas con poco tiempo, si pillas un rato te calzas las zapas y a trotar, además no me importa ir sólo (me gusta escuchar mientras la radio) o con mis amigos en verano (si tenemos aliento, no paramos de hablar).

Jamás ganaré una medalla ni siquiera un trofeo de las fiestas del pueblo, pero un grupo de amigo nos hemos propuesto participar en carreras locales supongo que para matar el gusanillo de exigirnos cada día un poco más, es como una metáfora de la vida, siempre hay carretera para buscar algo más.